La tecnología de fibra óptica ofrece claras ventajas sobre el cableado de cobre tradicional en términos de evolución de la red, sostenibilidad y rendimiento general. Mientras que las redes de cobre a menudo enfrentan limitaciones de ancho de banda que requieren actualizaciones cada cinco a diez años, las redes de fibra óptica cuentan con una larga vida útil y pueden implementarse una vez sin necesidad de volver a cablear hasta por tres décadas. La fibra no solo ofrece capacidades de ancho de banda superiores, sino que también consume menos energía, alineándose estrechamente con los objetivos de desarrollo ecológico y sostenible.
En la era digital actual, el papel de la fibra óptica tanto en las redes fijas como en las móviles es fundamental. Métricas como fibra hasta el hogar y fibra hasta la empresa son clave para evaluar el crecimiento de la red. A medida que nos acercamos a la próxima década, los avances en las redes ópticas impulsarán el cambio hacia sistemas de fibra hasta la habitación (FTTR), satisfaciendo las crecientes demandas de datos con una arquitectura totalmente de fibra óptica.

Las redes FTTR requieren protocolos de comunicación especializados entre las puertas de enlace maestras y esclavas, lo que ofrece beneficios de visualización tanto para los operadores como para los usuarios finales. Los operadores pueden utilizar el análisis de datos para solucionar problemas de forma remota, minimizando las visitas in situ y los costos de operación y mantenimiento. También pueden dirigir paquetes de servicios basados ​​en IA a usuarios específicos. Los usuarios finales obtienen control sobre el estado y la configuración de su red doméstica a través de una aplicación, lo que mejora la experiencia del servicio. Si bien es importante reducir los costos iniciales de adquisición, no se deben pasar por alto los costos de operación y mantenimiento a largo plazo por el bien del rendimiento de la red y la satisfacción del usuario.